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El fin del mundo en colores

En el año 1993 mi padre hablaba mucho del “fin del mundo”, ¿Tal vez adivinaba el próximo final de “su mundo”, de su vida? .

Para él, la falta de ética, de humanidad y de consciencia, del neoliberalismo “salvaje”, que aparentemente había triunfado en todas partes, iba a conducir a las sociedades humanas a un destino trágico.  

Si sus anticipaciones fueron acertadas o no… aún no lo sabemos.

Me pregunto entonces si esta serie de obras, son una expresión de sus pesadillas de destrucción total.

Esta serie de pinturas, me hacen pensar en “ese mundo” del que hablaba mi padre: destripado y caótico. 

¿Cómo son las  entrañas del “mundo”?  ¿Cuándo todo estalle en pedazos, cuáles serán los colores que se derramen? ¿Cómo se verán,  a la luz del día,  la sangre, las lágrimas y los excrementos del “mundo”?

Estas obras me hacen pensar, que el infierno que imaginaba mi padre, está lleno de belleza. 

El día que todo explote, tal vez podremos ver al fin, como en un apoteótico espejo, toda la vida y la alegría desperdiciada,  la felicidad  que los hombres no supimos alcanzar.

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